viernes, 11 de febrero de 2011
TBOs para soñar
Después de muchos años, un día para soñar...
Eso pensaba la tarde en que acompañé a una amiga de mi adolescencia -gran amiga en la actualidad- a su casa en el pueblo. Ya no viven allí y por eso ella cuando regresa suele recoger recuerdos, objetos de los más diversos, que sólo tienen el incalculable valor de lo recuperable, aunque ya no nos sirvan para nada.
Cuando esa amiga viene al pueblo, suele visitarnos. Así ocurrió hace unos días.
-Necesito subir a la cámara de mi casa para buscar algo, pero me da miedo...Han apuntalado el suelo y se puede hundir -nos dice Katy mientras tomamos un café en casa.
-¿Qué tienes allí? -le pregunto con curiosidad.
- Nada...trastos, cacharros...cajas con tebeos, libros y revistas.
- ¿Tebeos...? ¿Todavía conservas aquellos que solíamos prestarnos de niños?
-Claroooo!!! algunos tienen hasta tu nombre escrito bien grande...
Un inusitado interés me embargó. Por eso le pedí poder acompañarla. Quería volver a tener en mis manos aquellas publicaciones de historietas que me hicieron disfrutar tanto...De eso hace ya casi cuarenta años.
Ese tiempo que pasó, en nada me han hecho olvidar las largas tardes de verano que pasaba en compañía de personajes tan extraordinarios como El Capitán Trueno, El Jabato o el Guerrero del Antifaz.
Hoy en día parece que a los niños les falta tiempo para jugar y divertirse. Por aquel entonces había tiempo de sobra, lo que faltaba era con qué llenarlo. La calle era nuestro parque temático y la casa, el necesario recogimiento a tanta libertad.
En plena canícula veraniega no había nada abierto en la calle, porque el empedrado echaba fuego y las madres tenían presta la zapatilla para quién quisiera probarla.
Por suerte yo ya disfrutaba con la lectura. Y los tebeos eran mis favoritos.
Solía subirme a leer en la cama. Abría la ventana, me tumbaba a la larga y cogía el primer ejemplar del montón más cercano. Era metódico, los leía todos, uno tras otro sin escoger, pues pensaba no dejar ninguno atrás.
Yo me sentía libre así, cabalgando en pos de aventuras por inhóspitas tierras...Me sentía tan fuerte, a pesar de mis flacuchos brazos; tan valiente, olvidando de plano cómo siempre rehuía las peleas.
Mi familia era humilde y comprar tebeos no estaba dentro de sus posibilidades. Por supuesto, los que yo tenía eran prestados o los había cambiado con otro que, al igual que yo, coleccionaba de la misma manera. A ver, algunos primos, amigos, vecinos de más edad, con más poder adquisitivo o más habilidad para quedarse con los de otros, tarde o temprano se cansaban y admitían intercambios. Luego, esos tejemanejes se volvían irreversibles y la propiedad cambiaba de manos. Así, pasaron por mis manos cientos y cientos de tebeos, de todo tipo. Y no recuerdo haber comprado ninguno.
Años más tarde, cuando ya podía comprarlos, me hice con nuevos ejemplares de aquellos comics que tanto me hicieron disfrutar. Pero, no, ya no me provocaban las mismas sensaciones, aunque sí que me hicieron revivir aquellos momentos felices, cuando soñaba con emular a mis héroes.
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12 comentarios:
También a mí me has hecho recordar unos tiempos maravillosos.Qué tiempos tan bonitos¡
Un precioso relato.
Abrazos.
Sabes q yo aprendí a leer por culpa de los tebeos? Muy pronto, a base de darle la paliza a mi padre con qué q pone ahí y que letra es esa... Solo sabía las mayúsculas, claro. :)
Un besico.
Mateo, que lindo relato amigo, que bello es recordar viejos tiempos, y si es en compañia mejor. Y bello es atesorar recuerdos no solo en la mente, sino, todo aquello que en su momento llego a formar parte de nuestra historia. Mateo, te dejo un beso amigo, cuidate mucho. Me has hecho recordar mi adolescencia, de la cual conservo un hermoso ramo de jazmines secos............
Dicen que todos tenemos un heroe adentro, quizas es asi. Me trasladaste tambien a mi infancia con tu post querido amigo...
besos,
Hay momentos que nos hacen regresar a la infancia, que bueno que pudiste recordar instantes amados.
Te abrazo querido Mateo, buen comienzo de semana.
M.
Cómo me has trasladado a mi infancia, me encantaba leer tebeos de Mortadelo y Filemón, Carpatan, Zipi y Zape, Rompetechos etc, etc, me pegaba panzadas en el verano a leer tebeos.
Un beso.
¡Qué bonitos recuerdos!, siempre que vengo aquí me haces recordar cosas bellas de mi infancia-juventud, algo más lejana que la tuya, seguro. Las niñas teníamos más bien esas láminas de recortables con muñecas a las que se les podía vestir y desvestir, pero a mí también me gustaban los tebeos, sobre todo los de Roberto Alcázar y Pedrín, y recuerdo que había lugares donde se podían cambiar por unos céntimos de peseta. ¡Qué tiempos!, no quiero ponerme nostálgica con los recuerdos, dicen que es signo de vejez, y de eso nada de nada, siempre jóvenes por dentro y mirando al futuro. Ahora también hay cosas bonitas, como esto de Internet, que nos permite relacionarnos con personas que no conocemos pero que llegamos a tomar cariño y por las que sentimos un "filing" especial, como dicen los jovencitos ahora, eso me pasa contigo.
Preciosa canción, Déjame vivir, libre...
Un abrazo, Mateo.
Entrañables recuerdos.
En casa había tebeos pero eran de mi hermano, yo era más de libros infantiles, de aventuras, "Los cinco" o la colección completa de Puck.
En mi época supongo que empezábamos ya a estar "abducidos" por la televisión y recuerdo las películas de Tarzán, o la serie de Heidi, de Marco, o de Mazinger Z, jejeje.
Un saludo.
Hoy el play me ha obedecido a la primera.
Mateo he escuchado conversaciones con mi marido y algún amigo, recordando su "Capitán Trueno" y las aventuras que al leerlo ellos vivían. ¡como tú!.
el tiempo pasa para todos amigo.
Buen fin de semana y un beso
¡Oh qué emoción! Qué lindos recuerdos reviviste. Tanta vida.
Disfruté mucho tu vivencia.
Abrazos.
Sólo venía a desearte un feliz fin de semana.
Un abrazo, Mateo.
Heroes..
Óyeme pusiste en tus palabras un mar!!
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