sábado, 20 de febrero de 2010

Carnaval de la harina

Tiene una peculiaridad el Carnaval en mi pueblo:
¡¡ Nos gusta la harina!!
Sí, echarnos harina. Ponernos de harina hasta los pelos. Pero se trata de una tradición muy antigua, que se pierde en sueño de los siglos. Todavía se mantiene esa costumbre del "harineo", aunque ya ha perdido mucho de sus originales motivos.

Llegados los día de Carnaval, los mozos y mozas del pueblo se solazaban en "bailes de rueda", unos corros que giraban cantando y bailando canciones de corte alegre y festivo, con connotaciones amorosas:
Decía una letrilla:

Carnaval, carnavalito,
la fiesta de las mujeres.
La que no se casa "hogaño",
se casa el año que vieneeeee.

En una sociedad bastante reprimida, el carnaval suponía una especie de liberación. En esos días, se saltaban las reglas y sobrepasaban los límites que permitía la decencia. Hablo de los años 50 y 60 y, por supuesto, de las décadas anteriores.
Y continuaban las letrillas al compás de un giro pausado y alegre del corro:

Carnaval, carnaval,
tú te vienes, tú te vas,
hasta el año venidero,
sabe Dios quien te verá

Y se aprovechaban esos días, en una clara alusión al "carpe diem", y se vivía intensamente del goce y la diversión.
Como digo, el Carnaval fomentaba el acercamiento entre los sexos. Y el baile era la excusa. No se sabe a ciencia cierta cual es la razón por la que, en un momento dado, se rompía la "rueda" y una algarabía de gritos y carreras llenaban la plaza o el ancho de una calle. Algún mozo cogía unos puñados de harina y se los restregaba por la cara a una moza desprevenida. Precisamente, la moza era aquella que le había "entrado por el ojito" hacía tiempo al mozo atrevido. Era pues una señal, que se podía interpretar de dos maneras bien elocuentes:
-Le gusto a este mozo tan apuesto- pensaría mientras se sacudía la harina de la cara.
Y una frase espontánea podía surgir de su boca:
-¡¡¡Anda y enharina a tu hermana.., acércate que te daré dos tortas!!
Pero lo decía con la boca pequeña y una pícara sonrisa en un mohín de labios.
De los días de Carnaval salían nuevas parejas. El mozo pedía luego al padre de la elegida permiso para cortejarla. Si había aquiescencia, surgía una pareja de novios nueva.

Pero esos días daban muchísimo más de sí. El libre albedrío hacía de las suyas. No había muro ni ventana que se resistiera al atrevimiento de las hormonas desatadas. Y no se distinguían mozas de casadas. Se cuentan anécdotas divertidísimas y chascos descomunales:
Alguna fue pillada en plena toilette cuando el mozo saltaba la tapia...No había manos para taparse, ni piernas que no gatearan por las paredes... En Carnaval, abundaban los fantasmas; cuerpos embutidos en sábanas que surgían de debajo de las camas o se les veía saltar por las tapias...

¿Y las mujeres? ¿Se mantenían en ese papel pacato, pasivo y contenido?
Pues claro que no. Con armas más sutiles, con imaginación y artería, los hombres eran piezas fáciles de abatir:
Un guiño oportuno en la mirada de alguna fémina era el anzuelo para que el "sardino" cayera en la sartén todo enharinado. Y así se desataba la furia.., el orgullo del machito se tiraba a la calle al abordaje de cualquier navío con trenzas. Pero ellas se escondían tras las puertas y ventanas y, a la que se descuidaba alguno, harina y listo para freír...

Hoy es todo menos auténtico. La gente sale a divertirse y a beber... Los alumnos del instituto aprovechan para sacar algún dinerillo para su viaje de estudios...Y sí, se mantiene la tradición; pero aquella emoción de la transgresión, la búsqueda de una única ocasión de tocar o rozar un, ya no tiene sentido.
En fin, los abuelos sí que recuerdan bien cuál fue su ánimo de Carnaval...

9 comentarios:

Sandra Figueroa dijo...

Es un gusto leerte, no conocia de este Carnaval y es hermoso leer y asi conocer. Mateo amigo, te dejo saludo y beso a la distancia, cuidate.

Adelina dijo...

Me gustan las tradiciones. Las hay tan bonitas que no se debieran perder...

Un beso.

MAR dijo...

Me gustan todos los motivos que existan en el Universo para celebrar!!!
Un abrazo harinoso para ti.
:)
mar

MaLena Ezcurra dijo...

Qué bello video!

Hay que conservar la tradición, la magia de las noches de carnaval.

Un fuerte abrazo.

Mucha dijo...

Leerte es aprender
besos vino y flores poeta

Camy dijo...

Es muy curioso esto del carnaval de la harina. Algunas historias he escuchado sobre los carnavales de esa época, tiempos de tantas moralinas, y momento en el cual la gente se atrevía en el fondo, a hacer aquello que les pedía el cuerpo.
He "vivido" los carnavales sosos del cole de mis hijos.He disfrutado de un carnaval rompedor en Sitges, pero como espectadora.No soy dada a los disfraces.
Un beso

Clarice Baricco dijo...

No conocía esa costumbre. Ya me imagino la divertida y la tragazón.

Abrazos.


PD. Si me acordé de Rubens y mucho se quedó sin mostrar. Snif, snif.

Recomenzar dijo...

Gracias por tus hermosas palabras te dejo como siempre jazmines vino y ....sueños para compartir

irene dijo...

Me encantan las tradiciones, es una pena que se vayan perdiendo, espero que la de la harina de Alozaina la conservéis muchos años.
Un beso, Mateo.