sábado, 4 de octubre de 2008

El extranjero

"L'étranger", del francés, puede traducirse por el extranjero o bien por el extraño.

Albert Camus escribió en 1942 una extraordinaria novela, "El extranjero", que es considerada una de las más importantes de la literatura francesa y también de la literatura universal.

Enrique Bunbury compuso, muchos años después, una canción maravillosa que encierra un mensaje por la eliminación de las fronteras, de las patrias y las banderas.

Tanto el libro como la canción representan las dos acepciones de la palabra francesa "étranger".

Para Albert Camus una persona puede sentirse "extraña"a todo aquello que le rodea: a los hombres , a las mujeres, a lo que la sociedad le ofrece.

Para Enrique Bunbury ser "extranjero" significa: no ser de ninguna parte y, a la vez, ser de cualquier lugar. Se puede uno sentir extranjero en tu propia tierra y sentirse que pertenece a un remoto lugar.

He querido mostraros aquí esas dos acepciones de "extranjero". Arriba, la canción de Bunbury; abajo, un fragmento del principio de la novela de Camus.


Primera parte I


Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: «Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias.» Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.
El asilo de ancianos está en Marengo, a ochenta kilómetros de Argel. Tomaré el autobús a las dos y llegaré por la tarde. De esa manera podré velarla, y regresaré mañana por la noche. Pedí dos días de licencia a mi patrón y no pudo negármelos ante una excusa semejante. Pero no parecía satisfecho. Llegué a decirle: «No es culpa mía.» No me respondió. Pensé entonces que no debía haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenía por qué excusarme. Más bien le correspondía a él presentarme las condolencias. Pero lo hará sin duda pasado mañana, cuando me vea de luto. Por ahora, es un poco como si mamá no estuviera muerta. Después del entierro, por el contrario, será un asunto archivado y todo habrá adquirido aspecto más oficial.
Tomé el autobús a las dos. Hacía mucho calor. Comí en el restaurante de Celeste como de costumbre. Todos se condolieron mucho de mí, y Celeste me dijo: «Madre hay una sola.» Cuando partí, me acompañaron hasta la puerta. Me sentía un poco aturdido pues fue necesario que subiera hasta la habitación de Manuel para pedirle prestados una corbata negra y un brazal. El perdió a su tío hace unos meses.
Corrí para alcanzar el autobús. Me sentí adormecido sin duda por la prisa y la carrera, añadidas a los barquinazos, al olor a gasolina y a la reverberación del camino y del cielo. Dormí casi todo el trayecto. Y cuando desperté, estaba apoyado contra un militar que me sonrió y me preguntó si venía de lejos. Dije «sí» para no tener que hablar más.


Albert Camus nació en Argelia en 1913. Era hijo de un campesino y de madre española y analfabeta. Vivió una infancia miserable que dejaría su huella sobre Camus. Ejerció los más diversos oficios, pero se licenció en Filosofía. Se dedicó a viajar pobremente por algunos países mediterráneos, como Italia y España, a los que amó apasionadamente.

Sufrió la ocupación alemana y la guerra fraticida entre Francia y Argelia, que produjo desgarramientos profundos, pero que cuyo fin no conoció. En 1960 se estrelló en una carretera de Francia.

Desarrolló en su muy diversa obra un humanismo fundado en la concienciación de lo absurdo de la condición humana.

En 1956 se le concedió el premio Nobel.

8 comentarios:

María dijo...

Muchas gracias por visitar mi blog y por tu comentario, puedes volver cuando quieras, yo también volveré más despacio para leerte.

Saludos y gracias.

María dijo...

Gracias, de nuevo, y lo prometido es deuda, mañana volveré más tranquilamente a leer tu post.

Saludos.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Una de las grandes novelas premonitorias de la crisis del racionalismo y de la apatía al que la tecnificación ha llevado al hombre moderno. Paralela a El hombre sin atributos de Musil.

Un clásico imprescindible.

Una gran reseña; y, gracias, no conocía la canción.


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Saludos, Goathe.

María dijo...

Hola:

Pues ya estoy aquí, leyendo tu post, como ayer te prometí, el cual, me ha parecido interesante, y encantada de volver por aquí.

Un beso, y feliz tarde.

Lila dijo...

Nunca habia escuchado a este hombre, me ha gustado mucho el estilo musical y la canción. Con respecto al texto no lo voy a leer, al comenzarlo sentí un poco de miedo que creo que es natural teniendo la familia entera fuera.


Un besote, feliz fin de semana.

zel dijo...

Hola amigo/colega de cuitas y sentires!!! Nos dejaste, por lo menos a mi, un nuevo conocimiento, esra canción no la sabái yo. Te confieso que prefiero aquel "le meteque" de Moustaki, pero bueno, todo es aprender... Abrazos cariñosos!

Clarice Baricco dijo...

Después de muchos años, volví a leer la novela, precisamente la semana pasada.
Necesitamos retomar a Camus.
Y Bethania -mi hija- es fan de Bunbury, que hasta viaja para ir a escucharlo. Así que entiendo las dos partes.

Saludos.

Celia Rivera Gutierrez dijo...

¡Hola! por aquí conociendo su espacio y sus escritos (un aporte a la culturización con ellos para quienes de alguna manera llegamos y leemos lo encontrado. Buena aportación.

Saludos