martes, 16 de diciembre de 2014

Un paso adelante

Como me cuesta una barbaridad animarme a escribir, pues necesito de un impulso creativo, hoy me he obligado. Pero no, no hay manera. He pasado una hora delante de la pantalla y sólo consigo borrar una y otra vez lo escrito.
Pues bien, ese empujoncito vino de la cocina. La radio suena allí sola, unas notas de saxofón me despiertan del letargo. Suena "Un paso adelante" de The Madness y me dije, por aquí voy a empezar.



Es domingo y mis planes pasan por no salir de casa. Me acompaña mi padre, que tampoco tiene planes. Lo que más me apetece es no hacer nada, pero unos ejercicios esparcidos sobre la mesa  esperan que los corrija.
Tras el desayuno, un descanso. Con el aparato de hacer llamadas, pierdo el tiempo en juegos de palabras y en pasar la mirada por una larga lista de cuentas de Twiter; pero eso cansa, me da sueño y me permito dejar por unos minutos la tarea iniciada.
Suena el teléfono y retorno al mundo de los despiertos. Luego, mientras preparo una ensalada, escucho la radio. Como siempre, las noticias meten miedo.
Es buena hora para el baño, que mi padre espera. Metidos en faena, Frasquito ya está en la bañera, se apaga el calentador. Yo me desespero, le pongo una toalla y corro a reponer el agua caliente. Mientras enjabono su cuerpo recio como roble viejo, él no deja de reírse por lo bajito.

- ¿De qué te ríes, viejo? le digo con cierta sorna.
-Ahh!! Viejo,ehhhh!! Ya llegarás tú también. Y ojalá lo hagas por mucho tiempo.
-Sabes que estoy irritado por el mal rato que te hice pasar por culpa del maldito calentador, y tú no dejas de reírte de mí. Por eso te llamé viejo.
-Hombre, no me río de ti. Es que, cuando te irritas, lo pagas conmigo, y me estás frotando como si yo fuera un caballo. De eso me río.
-Pues dime eso, y yo voy con más cuidado.
-Perdóname, pero no me podía aguantar. Ya no me río más.

 Por fin salimos del cuarto de baño, duchado y afeitado Frasquito, pero echándome todavía en cara el minuto de parálisis de la ducha. Y eso que no puede verme la cara; pero, astuto como es, me la adivinó al instante, y no tardó en hacerme bromas para que se me pasara. Al menos sirvió para que se despabilara.
 Hasta aquí escribí hace ya más de un mes...

Vuelvo a necesitar otro impulso...A ver quién me lo da ahora.




6 comentarios:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

No sabes, amigo, lo bien que te entiendo, voy en paralelo a ti ;). Parece que los blogs fueron una moda pasajera y que la misma sociedad busca divertimientos sin esfuerzo - ahí está el ejemplo de los móviles - pero, créeme, este mismo texto, que autobiográfico creo, lo he disfrutado mucho.

Puede quer tal vez nos exijamos demasiado buscando la perfección o la redondez y simplemente debiéramos contar por el gusto de contar, crear por el gusto de crear, comunicar por el gusto de comunicar.

Un abrazo.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Y precisamente creo que hallar el placer en el proceso creativo y no verlo como un peso o una obligación debiera enseñarse en la escuela.

Mateo Bellido dijo...

Muy agradecido, Pedro.
Ciertamente tienes mucha razón...el placer de crear, de comunicar, es lo que debe movernos. Luego cada cual que juzgue, si le apetece.
Saludos y Feliz Navidad!!!

Melibea dijo...

Me ha gustado tu intimista relato. No lo dejes, y sigue contándonos tu día a día, o tu noche a noche...si se puede, claro XD

Melibea dijo...

Me ha gustado tu intimista relato. Sincero, sencillo, ameno...sigue deleitándonos con tus retazos de vida..o lo que surja.
Un besaco.

MTeresa dijo...

Perseverancia es la clave,
escribe cada día de tu vida.