domingo, 30 de junio de 2013

Los años mozos

Afuera, en la calle, hace un calor que derrite las piedras; pero adentro, en la planta baja de la casa donde he ido creciendo, corre una leve brisa por estar las puertas abiertas de par en par. El verano llegó antes de tiempo, y eso que apenas empieza  hoy.
Conforme se entra de la calle, está mi madre retrepada en su silla. Ahora dormita con la labor de costura en su regazo, el pantalón al que le alarga los bajos le cuelga hacia un lado. Son tiempos de escasez donde la solidaridad familiar permite que los escuetos vestuarios vayan pasando de primos a primos, con sus correspondientes arreglos, claro.
Mientras, yo consumo mis sueños de adolescente tirado en una vieja manta, a la que le puse una gastada sábana para evitar la raspa de la lana, y me puse donde la corriente refresca el ambiente de la casa. A un lado yacen libros de aventuras, tebeos de lo mismo y hasta una fotonovela en francés que hurté a mi tío con la excusa de ampliar vocabulario, pero en la que yo admiraba escenas de sexo inocente, besos, abrazos, frases de amor con las que presumir en el instituto...
En la casa de mi años mozos, todavía no había entrado el televisor. Pero un transistor a pilas de marca alemana, sí. Éste hacía las delicias de la tarde...

-¡¡¡Ayyyy, la novelaaa!!! -se remueve mi madre en su asiento, y casi se cae. Es la hora que dan la radionovela. Salta de la silla y corre a darle al encendido.
-Esa novela ya dura mucho, años, ¿verdad? -le digo todas la veces que comparto la escucha de su romántica afición.
-Sí, ¡¡¡pero es tan bonita!!!! -A María, de "Simplemente María", le pasan todas las vicisitudes habidas y por haber, y no es feliz. Pero mi madre espera que ella cumpla sus sueños, que de justicia merece toda mujer. Es decir, ser amada, correspondida por el hombre de su vida, aunque este sea un vaina de tres pares de narices.

Los diálogos me aburren y la manida banda sonora martillea incesantemente mis deseos de concentrarme en la lectura. Busco otro rincón de la casa, más tranquilo. Allí, donde mi cama luce su mullido colchón de lana, me tumbo, antes puse la radio en la emisora que pone la música más actual...La canción del verano inicia su andadura y ya escala posiciones Formula V..."Vacaciones de verano para ti,... caminando por la arena junto a ti...Hoy mi vida comienzaaaa a despertaaaar, hoy se abierto la puerta..."



La tarde avanza y se va perdiendo, como yo pierdo el tiempo más precioso, el de la juventud...
Todavía no hay una chica que me espere, sólo amigas con las que intercambio tebeos, paseos al caer la tarde y algún cigarrillo que yo sólo les sostengo, por si aparece alguien y lo va contando a los padres. Todavía es un tiempo raro donde las chicas se esconden para fumar y los chicos alardean de ser ya hombres con el pitillo en la boca.
Pero yo nunca fumé, sólo aquel día que al hijo de un tal Juan Cano se le cayó un paquete de Celtas Largos sin emboquillar. Menuda borrachera nicotínica me cogí, me iba a morir de náuseas y malestar.
Ese día compartí el paquete de los 19 cigarrillos -el que faltaba era el que se fumó él- con tres de mis amigos. Nos fuimos bajo las higueras,... de las que otras veces nos fumamos sus hojas secas, insípidas, sólo humo...para fumar de verdad, tragando el humo hasta dentro. Como rajaba el pecho, cuántas toses, vómitos...ya no lo volví a hacer más, odio el tabaco.

Y así fueron pasando las tardes de aquellos días de verano. Eso sí, endulzadas por aquellos polos de fresa que mi madre hacía con leche y sirope...más de una vez me comí literalmente una bandeja del congelador, y claro, también me cogía una anginas de caballo que me daban para unas cuantas noches de alucinaciones por la fiebre y otros tantos días de cojera por las inyecciones de penicilina.

En este día ya de verano pleno, lo recuerdo todo vívamente..,señal inequívoca de que me voy haciendo viejo. Dicen eso, dejas de ser joven cuando sólo lo recuerdas.

3 comentarios:

MAR dijo...

No, señal linda que te quedas con lo mejor de la vida y los bonitos recuerdos.
Viejos no, nosotros seremos jóvenes eternos jajaa.
Besos y linda semana.
mar

Camy dijo...

Mateo, no había leído esta entrada.

La adolescencia, recordada en pasado ya lejano, es tierna, muy tierna. En su momento....

Un beso

Sandra Figueroa dijo...

Vengo a desearte: Felices fiestas. Cuidate mucho.