viernes, 3 de febrero de 2012

Viaje de ida y vuelta


Amanece...
Una leve brisa al salir de casa acaba por despabilarme.
La mochila no me pesa y camino ligero hacia un destino siempre deseado, en un viaje de ida y vuelta.
El autobús, que la peña futbolera ha alquilado, se detiene risueño con su consabido chirriar de dientes. Somos tres, los últimos por recoger.

Miro de soslayo el reflejo sonriente de mi rostro en la ventanilla.., pero veo otro muy diferente, el de aquel chavalillo inocente que soñaba con viajar constantemente a los incontables lugares que su sueño de ser futbolista le llevaría. Dormitando sin querer, recupero el descanso necesario que la noche agitada de ensueños me hurtó.
Y avanza la mañana, inexorable en un horizonte ondulado de árboles infinitos, sobre arcillas y calizas inmortales.
Me muevo en el viajar monótono del autobús que me lleva fuera de Andalucía..¡¡ a los madriles!!. Me siento libre por un día.....para pensar, para soñar, para ser una vez más quién quise ser un día. Un sueño imposible de fama, de heroico balompedista, que ahora consuelo con sólo pisar el escenario de mis hazañas incumplidas.
El cielo azul nos acompaña, mientras desparrama su luz alegre por doquier un sol radiante.
La serpiente gris con su raya blanca en el lomo, a veces se torna amarilla, avanza o retrocede -según se mire. El paisaje cambia imperceptiblemente, porque la monotonía de grises y verde oliva se torna cálida de ocres en las hojas muertas que se resisten a caer en la sepultura de la tierra.
Un río, que se oculta zigzagueante, orada el valle en las estribaciones de Sierra Morena.
La serpiente se abre paso entre montañas, y hasta ha ascendido vertiginosa por sus laderas, porque le crecieron enormes patas de hormigón. Un enorme agujero taladra la piel blanda de la tierra. Atraviesa la montaña y nos acerca al destino.
En ese viaje de ida y vuelta, se lanzan un grupo de inconscientes, apasionados del fútbol...Y yo con ellos. De mi pasión infantil, ¿cuánto queda todavía? Quizás por eso busco el sueño incumplido de aquellos tiempos en que a la crisis se le llamaba pobreza sin remedio. Entonces, esconderme entre las piernas de los hombres en el bar, era mi única forma de ver un partido.
La Mancha se extiende a sus anchas. No hay arrugas en su colcha, zurcida de retazos de hierbas y tierras de labor. Las retorcidas cepas de vides resaltan en el horizonte plano y su inmensidad se funde con un cielo azul que se torna grisáceo en la lejanía.
Se ha detenido el paisaje. El autobús vomita a la pacífica hinchada. Un refrigerio y estirar las piernas resulta necesario.
De vuelta a la ruta y cada uno a su mundo. En mi caso, ocupo doble asiento...A ratos releo un libro y, si algo me provoca, busco papel y lápiz y escribo. Mi vecino de atrás se extraña de mi caótica actividad, pero le explico que viajar me anima a no desaprovechar ni un instante. Por contra, si estoy plantado en la tierra, me vuelvo perezoso e inútil.
Caemos en la tela de araña de la metrópolis. Árboles con ojos ciegos vigilan nuestra incursión, insectos móviles surcan trilladas vías y fugaces viandante se guardan mucho de no cruzarse en su camino.
Se acerca la hora del evento. Una marabunta ocupa los aledaños del estadio. Multitud de tenderetes muestran la mil veces repetida iconografía del negocio mediático. Miles de camisetas y objetos varios sacian el apetito de forofos y entusiastas del consumo inducido por la propaganda futbolera, desmesurada y agobiante.
En el coso deportivo, los asientos se van ocupando. Casi montado en el alero, contemplo expectante la puesta en escena. Semidioses vestidos de comunión o con pijama de rayas se prestan a alimentar a la muchedumbre adocenada. Gritos de ánimo y exabruptos varios calientan el ánimo. Rueda la pelota y es pateada sin piedad. Cuando se cuela en la red, los regocijos se mezclan con las desesperaciones de los ofendidos. En dos ocasiones, se vulnera el arco del rival.

Es entonces cuando yo salto al campo...El entrenador me hace salir del banquillo a calentar. Ha llegado mi oportunidad y tengo que resolver este partido.
Se produce el cambio. El mediapunta esta tarde no da una. Al producirse el relevo, un silencio sepulcral se hace en el campo. Apenas faltan 15 minutos para que finalice el encuentro y el resultado está igualado a 1. Mi objetivo está claro: TENGO QUE HACER GOL!!!
Desde que toqué el primer balón, hice todo lo posible por ofrecerme y participar en todas las jugadas. No escatimé esfuerzos en subir y bajar una y otra vez. No perdí ningún balón y recuperé incluso presionando a la defensa. Pero el gol no llegaba...
Fue entonces cuando tomé la decisión arriesgada de hacer la jugada yo solo. Pedí el balón al central, que me lo pasó ya revasado el campo contrario; avancé decidido verticalmente, esperando la entrada de cualquier rival; al primero me lo pasé sin dificultad y a dos más los gambeteé en una baldosa...pisé área y vi al portero algo adelantado..le piqué el balón con exquisito toque y lo colé por la misma escuadra....

GOOOOOOOLLLLLL!!!!!! se ecuchó en el graderío...Y yo me desperté. El mediapunta, Benzemá, se regocijaba como un pájaro a punto de volar, celebrando el gol que con toda seguridad les iba a dar la victoria....Yo lo celebré igualmente. Prácticamente aquel golazo también fue obra mía.

De vuelta a casa, en ese viaje de ida y vuelta, la noche había dormido al paisaje con su nana oscura y sus lucecitas brillantes. En el autobús, no pude pegar un ojo. Pero con la mirada perdida, atravesando la madrugada, no dejé de soñar con cumplir otro día la hazaña que me ilusionó en mi infancia querida.




10 comentarios:

Rubentxo dijo...

Estoy convencido de que ese gol no se habría marcado sin tu sueño. Casi lo he cantado, y eso que soy del Barça...
Me encantó tu crónica de un viaje hacia la niñez, hacia los sueños.
Que nunca dejemos de soñar.
Feliz fin de semana.

Sonia dijo...

No sabía que te gustaba tanto el fútbol.

Aquí en casa también nos gusta mucho.

Nos has hecho vivir ese gol, jeje.

Besos.

Sonia dijo...

No sabía que te gustaba tanto el fútbol.

Aquí en casa también nos gusta mucho.

Nos has hecho vivir ese gol, jeje.

Besos.

Anónimo dijo...

Mateo un viaje iniciático y en él sueñas siendo adulto y te conviertes en niño. Es hermoso sentir la inquietud por el viaje que hemos de comenzar. me ha gustado tu descripción del paisaje y esa Mancha, que alguna que otra vez, he atravesado,...
No me queda claro sí querías ver al Real Madrid o es que jugaba con algún equipo andaluz ( puedes ver que yo de fútbol, poquito).
Un beso

irene dijo...

Ahora que, "parece", he vuelto a coger las rindas de mi blog, vengo a visitarte.
Me ha encantado la descripción de tu viaje de sueños y realidades en torno al fútbol, creo que casi todos los niños soñaron alguna vez con ser futbolistas, incluso el mío, que ahora no parece ser muy forofo. Yo no entiendo demasiado, ni siquiera sé si ese es el campo del Santiago Bernabéu y eso que vivo a un pequeño paseo de él, aunque no soy demasiado aficionada al fúlbol, mi equipo es más bien el Atlético de Madrid.
Recuerdo algún viaje Madrid-Málaga en autobús con mis padre cuando era jovencita, pero no los disfrutaba como lo he hecho con este contado por ti, más bien se me hacían interminables, a veces casi toda una noche, claro que eran otros tiempos, otros autobuses y supongo que también otras carreteras. Además no tenía la experiencia que ahora tengo, he aprendido a admirar los paisajes, a disfrutar con ellos y además, como tú dices, escribir algunas sensaciones, no es tan malo hacerse mayor, el paso de los años también tiene cosas muy positivas.
Un fuerte abrazo, Mateo.

ana dijo...

te pasa como a mí con el cante siempre sueño que estoy en un teatro cantando copla

Anónimo dijo...

jejejeje Mateo!! no sabia que fueras tan futbolero!!!

Anónimo dijo...

Pero donde es que se nos ha marchado nuestro futbolero preferido??

Teo dijo...

me parece que esta muy bien escrito, tiene gancho, es fácil de leer, aunque mi opinión no puede ser tomada muy en cuenta porque yo también soy aprendiz de escritor, aqui te dejo mi direccion del blog que yo he creado para que tu misma compruebes lo que te digo. http://lasaladellector.blogspot.com.es/
besos sueko.

Nuria dijo...

Me gusta el futbol a ratos, soy más de la fórmula 1. Detodo tiene que haber.
Al leer el título de tu escrito, me ha impactado "... y vuelta", tasl vez porque me duele las personas queridas que un buen día sacaron solo el billete de ida porque el de vuelta no existe.