martes, 15 de marzo de 2011

Vivencias y emociones


Un día cualquiera puede depararte satisfacciones varias y también momentos desagradables.
Cuando de satisfacciones se trata, es para compartirlas a grito pelado; y si de malos tragos y desagradables devenires, mejor tragárselos cuánto antes.
Pero, no. Fue uno de esos días en los que te vas a la cama contento, emocionado, orgulloso de haber vivido esa experiencia.
En mi pueblo, pequeño donde los haya, grande como el que más, suceden en el tiempo los mismos acontecimientos que en cualquier otro, aunque con la apreciable diferencia de que esos te afectan o te suceden a ti.
Se anunciaba hacía días la presentación de un documental que abarcaba las cuatro estaciones del año en las actividades agrícolas, los oficios y las gentes de por aquí.
La cita se anunciaba para un sábado a las ocho de la tarde. Y, como tuve un pequeño papel en ese documental, pues ardía en deseos de verlo por fin.

Llego tarde, como casi siempre, pero aún no había dado comienzo la proyección. Estaba abarrotado el recinto. Familias enteras ocupaban las sillas y muchos se acodaban en la barra, que alumnos del instituto dispusieron para recoger un dinerillo que les permita financiar el viaje de fin de curso.
Busco un hueco donde hay lugar y espero. Problemas técnicos retrasan la presentación, pero ya ocupan la mesa los anfitriones del acto. Todos se sienten orgullosos del trabajo realizado. Más Manolo y su hijo Pablo, de la Asociación de Fotógrafos Matagallar.
Con el patrocinio del Ayuntamiento y con la inestimable ayuda de un buen número de vecinos, mujeres y hombres del pueblo, no hubiera sido posible recrear tantas escenas de antaño, que con el tiempo y los adelantos técnicos ya son casi imposibles de ver.
Con las primeras imágenes, se va haciendo el silencio. Conforme se suceden las escenas, nos vamos reconociendo; murmullos de aprobación y sonrisas cómplices acompañan el paso por la pantalla de los actores y figurantes. Cada una de las estaciones del año son recreadas en diferentes oficios y en las tareas propias de cada una de ellas.

Así
, el sillero, que tensa con mimo las fibras de anea en asientos, tornea respaldos y las cuatro patas de las sillas... Y aparecen las manos del hombre que injerta con maña sobre el estacón del olivo una nueva planta... Es invierno... La siembra del trigo se hace a mano, esparciendo las semillas tras el arado. Hoy los modernos tractores escriben con renglones firmes el rostro de la tierra, pero antaño eran las yuntas de mulos o de vacas, incluso algún forzado burro, quienes lo hacían empujados por el esforzado gañán.
Avanza el tiempo invernal y a los olivos se les ha ido liberando de su pesada carga frutal. Ahora están exhaustos y precisan de una limpieza. Se encargan de ello los "talaores", que podan ramas para permitir una renovación necesaria en la planta.A los buenos "talaores" los hace la experiencia.
De eso sabe mucho mi padre...Y es cuando su presencia inunda la pantalla y sus palabras resuenan con firmeza. "El buen verdeo empieza en la tala..." Me emociona verlo allí, tan apuesto, con sus casi noventa años bien llevados, sentando cátedra.
El invierno se va esfumando sin sentir. El campo se ilumina de luz y el verde brota de la sementera. Reviven los árboles con sus flores y comienza el ciclo de la nueva cosecha.
El verano madura los hijos de la higuera, endurece la almendra y tinta de rubio el color de los prados. Con las primeras calores se granan los trigos y por san juan los segadores se afanan en abrazar las mieses para, con sus hoces, cortarlas de la tierra. Sobre bestias se acarrearán las gavillas a la era. Allí un rulo, o trillo, tirado por un par de mulas sacarán de las espigas el grano limpio. Para ello se aventará la parva, separando el grano de la paja.
Con el avance del estío, camino del otoñal destino, los higos se escogerán del pasero; luego, metidos en los ceretes, se prensarán y servirán de delicioso postre
para todo el año.
Con septiembre avanzado, los olivos manzanillos lucen sus infinitas aceitunas, verdes y suculentas, listas para coger. Es el verdeo, dedicación tradicional y más exclusiva de estas tierras. Allá van de mañana con la fresca al tajo, sus canastos al brazo, cantando alborozados la dicha de la ansiada recolección.
Y cargan escaleras sobre las ramas, y ordeñan sus frutos con delicadeza heredada de años y sabiduría.

En muchos momentos, estallan aplausos, y se celebra con satisfacción un magnífico trabajo sobre lo que de especiales tenemos todos por ser protagonistas de nuestra propia historia
Y no es patrimonio exclusivo nuestro. En cualquier rincón de Andalucía, se puede fácilmente encontrar estampas como la que intenté describir...aunque muchas ya sólo se ven en colores sepias.

17 comentarios:

Steki dijo...

Pero qué maravillosa descripción, Mateo! Me he deleitado leyéndote e imaginando todo lo que ibas narrando. Un placer, realmente.
Hace tiempo que no venía por aquí.
Te dejo un beso y feliz semana!

Sonia dijo...

Preciosa entrada, nos has hecho vivirlo a nosotros también. Se te siente muy orgulloso de tu padre. Cómo me gusta eso...
Eres muy afortunado de vivir en un lugar así de maravilloso. Se te siente también orgulloso de tu tierra.

Un saludo.

Sonia.
http://unamadreimperfecta2.blogspot.com/

Camy dijo...

Bravo Mateo has recobrado el habla. Ignoro la persona que eres y tampoco importa, lo que sé se reconoce por lo que escribes, es que eres un hombre que ama profundamente su tierrra, sus raíces y a sus gentes.
Realmente tuvo que ser muy emocionante escuchar al primer actor, tu padre, y darte cuenta de que todos participaban de sus conocimientos.
Una entrada muy entrañable y muy real. Los que vivimos lejos de esas labores nos viene bien que nos hablen de ellas.
¿No lo colgaréis en yotube?
Felicidades de nuevo por ese día feliz y un beso

Sandra Figueroa dijo...

Mateo, que bello paseo por tus letras, que bello lo describes amigo. Te dejo un beso, cuidate mucho.

ana dijo...

hola mateo!que bién has narrado lo que vimos.Digo esto,porque lo haces tanbién,que es como si estubiésemos siempre presente cuando cuentas algo.¿sabes lo que quireo decirte verdad?

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Una manera muy cercana para mí de describir el ciclo de la vida en un pueblo de Andalucía. Recuerdo que cuando vivía allí me despertaban muchas veces el eco sordo de los cascos de los mulos en el asfalto.

Y un tío abuelo mío que ya no está siempre salia al sol a tejer las silla de anea.

Pero lo que me emociona no es la descripción de algo tan cercano. No. Es tu letra. Es ella la que engrandeces esos recuerdos.

Muchas gracias, amigo, un abrazo.

Palmoba dijo...

La tuya no ha salido en color sepia...es muy nitida!!

Folhetim Cultural dijo...

Olá passo em seu blog para convidar você a visitar o meu que é dedicado a cultura. De segunda a sexta feira noticiário cultural aos sábados minha coluna poética ás 09 horas da manhã e ás 5 da tarde Chá das 5 sempre com uma participação especial. Irei guardar sua visita lá. Abraços sucesso em seu blog.

Magno Oliveira
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Sandra Figueroa dijo...

Mateo, paso a saludar y dejarte un beso, cuidate. Gracias por estar.

YOLITA dijo...

Pintaste de una manera magistral..esa tierra hermosa..la que se lleva en las venas..
Un placer leerte
Te saludo desde Cali-Colombia

irene dijo...

No me extraña que esas vivencias te emocionen, no tiene nada que ver la vida en los pueblos a la de las ciudades, se viven momentos muy entrañables, aquí todo es más impersonal, apenas se conocen ni siquiera los vecinos del propio edificio.
Debió ser precioso el documental paseando por todas las estaciones y sus diferentes actividades, y mucho más siendo vosotros mismos los protagonistas. No sé la duración pero sería bonito poderlo ver, aunque tal vez sea complicado colgarlo en Internet.
Comprendo que con el progreso se pierdan muchas costumbres y formas de realizar algunos trabajos, pero en el fondo me da pena, siempre que te leo cosas de este estilo me entra nostalgia de mi niñez y los momentos que pasaba en el pueblo de mi madre con mis abuelos, los olivos, las siegas, el trillo en las eras...
Me alegro que pasaras esos momentos agradables, son inyecciones de ánimo muy importantes para el cuerpo y el espíritu.
Preciosa la canción que pones en el lateral "Trouble", no la conocía.
Muy bonito y alegre ese fondo marino que has puesto en el blog, renovarse o morir, me gusta.
Un abrazo, Mateo.

zel dijo...

Emoción, Mateo, emoción de las que siempre se recuerdan. Y todo un lujo que alguien se dedique a no dejar que mueran las enormes riquezas culturales, aquello ancestral que empezó a humanizarnos. Un besazo! Guapo!

MAR dijo...

SI, MUY LINDO POST.
Un abrazo grande para ti.
mar

SUGARMA, S.L. dijo...

Pensé al inicio de comenzar tu blog que nuestras afinidades tenían que ver por la escasa distancia que hay entre nuestros orígenes.

Veo que no, con el tiempo.

En realidad es cuestión de sensibilidades. Hay una gran empatía por tu obra y una honda satisfacción y orgullo por contarte entre mis lectores.

Un abrazo.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Me salió por el correo del trabajo, discupa, soy Goathemala, Pedro.

Nuria dijo...

¿Qué hay de nuevo, viejo? No te mosquees, sólo estaba emulando al mítico personaje de la Warner compañero de Bugs. No se por qué me ha venido el recuerdo de aquellos dibujos animados que veía de niña mientras le hincaba el diente al bocata de pan con chocolate. Tal vez porque sea un retazo de mi historia. ¡Hasta muy pronto! (espero)

juan carlos alamo dijo...

Mateo : Muy buenos tus relatos. Ya se veía en el año 80 que tenias madera ( no de bog) . Un saludo Juan C. Álamo