miércoles, 29 de septiembre de 2010

A vuela pluma...


"Cuando no hay nada aquí dentro, cuando nada se puede contar, hay que dejarse llevar...."

La escritura automática es un arma de doble filo. Te sirve para provocar que la inspiración surja espontáneamente, pero se corre el riesgo de escribir por escribir, y en definitiva, no decir nada.

Hoy hubo huelga general en el país. A mí me pareció una pantomima y no me creí nada. Quizás sirvió de desahogo a muchos y de vergüenza a otros. Lo que importa es qué pasará mañana. Todo seguirá más o menos lo mismo, donde unos cuantos seguirán manejando a su antojo y no permitirán ceder ni un ápice en pos de conseguir que se mantenga su "estatus privilegiatus".

Podría refugiarme en mis recuerdos. Aquellos de la infancia que cada día se me presentan con más viveza. Dicen que es síntoma de declive personal, de que ya se va cuesta abajo, hacia la irremediable vejez. En fin, todavía me siento joven, pero cuando lo era de verdad no reparaba en infantiles andanzas, es más, me sentía cómo si no hubiera sido niño nunca.

Los días pasan como todos, con un ascenso y un descenso irremediable del sol; una oscura noche de luces artificiales y un deambular perdido de gentes camino hacia ninguna parte.
Entre tanto, uno se duerme y se despierta más allá de unas horas después. Acude a un lugar donde suele dedicar otro tercio del día en trabajar. Si tienes la suerte de hacerlo con gusto, eso ganas; pero si es algo parecido a un castigo, piérdete cuánto antes de ahí, porque acabará contigo de una u otra forma.

Una actividad que me relaja es coger aceitunas. Cogerlas del árbol, claro; comerlas del plato, también.
Los dedos de las manos nos acercan más de lo que podemos imaginar a la vida. Por esa sensibilidad sabemos qué nos hace bien y qué nos daña. Esas olivas como manzanitas, verdes tirando a amarillas, tersas y suaves, al cogerlas y arrancarlas del árbol, me traspasan su energía. Proviene de la profundidad de la tierra y se libera por el cuerpo vivo del vegetal.
El árbol no se entrega fácilmente. Tratado con cuidado y delicadeza, se deja hacer; pero ante una agresión, por pequeña que sea, te devolverá idéntica respuesta.

Siempre una canción me va rondando cuando me pongo a escribir. Victor Manuel cantaba ésta en una época donde la democracia no era todavía un hecho en España. Independientemente de las ideas políticas, los ideales pacíficos son incontestables.


17 comentarios:

Patricia dijo...

A mi tambien me gusta Victor Manuel, seguro tambien me inspiraria a escribir "automaticamente" como lo mencionas y escribes tan profundamente en tu post....lo mas interesante es que al final del dia podemos recordar que la vida es asi complicada, y que cada experiencia es una esencia de sentirse vivo...
besos, (manyana no sera igual...jamas lo sera...)

MaLena Ezcurra dijo...

No tengo duda siempre hay que dejarse llevar.
Adoro a Victor Manuel y a vos también . :)

Camy dijo...

Te "siento" un poco desilusionado. Posiblemente se esperaba mucho más de la democracia.Ahora todo está pactado, hasta la huelga general...
No soy niña pero no me recreo en recuerdos infantiles, quizá será porque siempre espero un mañana mejor, o porque no quiero reconocer que también me hago mayor ( no puedo decir vieja).
Mateo hasta en los trabajos más repetitivos siempre hay algo con lo que se puede jugar a escapar. Yo me escapo siempre con cualquier libro o me creo una historia ¿Seré niña?
Cuando hablas de la naturaleza, del campo, siento vibrar tu espíritu, creo que eres hombre de campo y entre las peñas, los olivos, la tierra, te encuentras plénamente.
Hoy hablando de la recogida de aceitunas, creas poesía, ya lo creo.
Un beso

irene dijo...

En primer lugar, es lo último que he escuchado, ¡qué bonita canción de Víctor Manuel!, en miles de ocasiones he añorado "tener" un pueblo, pero nací en Madrid.
Ahora te comento párrafo a párrafo.
Siempre se puede decir algo, por poquito que sea, si se escribe desde el corazón.
Estoy de acuerdo contigo con respecto a la huelga, no sé muy bien a qué juegan.
¡Ay! recuerdos... de eso va un poco mi entrada de hoy, pero no creo que sean síntoma de declive personal.
La mayoría de los días son monótonos, en ocasiones pienso ¡bendita monotonía!, y en otras espero que sucedan sorpresas agradables, porque de lo contrario, mejor quedarse tal cual.
Me encanta ver las aceitunas en el árbol, y coger alguna, de vez en cuando lo he hecho, como un juego, pero he oído decir que es un duro trabajo, no sé, tal vez no lo sea tanto, al menos como tú lo expones.

Nuria dijo...

Me gusta lo que escribes, aunque se queda un deje tristón, tal vez sea porque estoy luchando por evitar, en lo posible, la tristeza y lo negro. Gracias y hasta la próxima visita

MAR dijo...

A mi también me gustan las cosas simples, el contacto con la tierra, mirando el cielo azul y sintiendo el viento dulce en la cara.
Un abrazo enorme para ti.
mar

María dijo...

Dejarse llevar por la pluma y que los pensamientos fluyan sin cesar, transmitiendo lo que uno lleva dentro, es una de las cosas más positivas que existen para uno mismo.

Gracias por compartir, Mateo.

Feliz día de convivencia.

Un abrazo.

Recomenzar dijo...

Que lindo lo que escribiste y tu comentario genial infudekidad no lealtad genial muchacho te cuento me gustan las aceitunas las bnegras y las verdes rellenas de queso roquefort fuerte increible besos intensos para vos.Dale veni al nuevo texto no te quedes para el final

balamgo dijo...

Saludos Mateo,
Posiblemente también nuestras vidas tengan algo parecido al "vuela pluma..." Nunca sabemos con exactitud lo que nos depara la vida y se escribe con cierta incógnita todos los días.
Por eso nada mejor que vivir la vida como Greta Kardo, muy al día y siempre al borde del cataclismo.:)
Abrazos.

Recomenzar dijo...

Hay que dejarse llevar por uno y sus sentimientos y mientras te escribo tomo el té de la ma♫ana
¿te has dado cuenta como se aprende con los comentarios ?¿te pasa lo mismo?
besos

Alimontero dijo...

Hola Mateo, gracias por esta bella entrada...;-) y te lo digo de corazón porque reconozco al Ser sensible que eres... o sssea, vibrar junto a la naturaleza te hace maravillosamente diferente...hombre que vá!!biennnnnnnnn!!

me ha encantado y me has motivado para escribir sobre una experiencia sobre el contacto y el tacto...;-)

Haces una detallada descripciòn de simple acto que es puro amor....

Te abrazo!!

Ali

Clarice Baricco dijo...

Me gustó mucho tu manera de escribir este texto. Esa combinación de latidos. Y sí, es un problema esto de la inspiración.

Beso.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Tienes suerte de emplear la escritura automática y tratar tantos temas. Quiero decir que cuando me toca a mí divago y salgo del margen cotidiano para acabar escribiendo ficción, siempre. Es como si la realidad me pesara y no quiera o pudiera analizarla.

;-) qué parecidos somos querido amigo, por lo del blog y por lo de las aceitunas.

Un abrazo.

irene dijo...

El pasado fin de semana estuve por tierras malagueñas, me encantó, es un placer vivir cerca del mar.
Besos, Mateo

SOMMER dijo...

Mi paisano Victor Manuel es grande, pero no más que tu, amigo. La vida pasa, los errorres se repiten, da igual quien esté en la cabeza...

Abrazos

Camy dijo...

Mateo ¿todo va bien?
El Camino se seca un poco sin que lo pises.
Un beso

Anónimo dijo...

HOla Mateo
pasaba por aqui y te lei por encima...creo que estas mejorando, el aprendiz de escritor, sabe cada dia expresarse mejor.
Hasta otra amigo Mateo
Juani