lunes, 8 de diciembre de 2008

Viento del oeste


Su marido salió muy temprano y ella ni se enteró. La despertó el golpeteo continuo de las persianas. Se había levantado el viento de poniente y eso significaba para ella que se avecinaba un día difícil: jaqueca, mal humor apatía ...
Se quedó en la cama, pues no le apatecía empezar a sufrir.

Hacia mediodía, todavía en pijama, se dispuso a preparar el batido de suero de leche que tomaba tres veces al día para perder un poco de peso y mejorar, de paso, su maltrecho intestino.
Luego, limpió, planchó, regó las plantas..; pero todo de mala gana.

Se tiró al sofá y puso la tele. Lo mismo de todos los días: los mismos encantadores de serpientes, malas noticias, crisis, atentados terroristas, asesinatos de mujeres indefensas... Fue de una cadena a otra, pero no se detuvo en ninguna.
Con un simple golpe de su dedo índice dejó la pantalla como debía.
Mientras se preparaba una ensalada y un poco de pescado hervido oía la radio, sólo música. Comió sola otro día más.

La tarde avanzaba y el viento de poniente seguía azotando los árboles y su cabeza. Se hizo un té y tragó sin sentir unas cuantas píldoras. Con un libro entre sus manos, dormitó un buen rato.
Se fue despertando lentamente, hasta que abrió los ojos del todo. Se levantó a beber un poco de agua y entonces recordó que la tarde antes había dejado colgado un pequeño poema en su blog. Sí, ella tenía un blog. Su marido, con afán de animarla, le había ayudado a crearlo.
Era todavía novata, apenas si había escrito unas cuantas entradas.
Como siempre le había gustado escribir, esta nueva modalidad la estaba entusiasmando.
Conectada a internet, leyó algunos correos, los que le había enviado su propio marido desde el trabajo. Abrió su rincón, como ella solía llamarlo, y un comentario; otra vez su marido, animándola a seguir escribiendo.

No se le ocurría nada y se puso a buscar letras de canciones. Escribió en el buscador "Jacques Brel". Dio "enter" y se desplegaron innumerables posibilidades. Algo le llamó la atención al revisar los enlaces. En una dirección de blog, había una referencia al cantante francés que tanto le gustaba. Su curiosidad le hizo "picar" y ¡oh! unas manos entrelazadas le daban la bienvenida. Caminó despacio por el blog, admirando a cada paso lo que encontraba: fotos, vídeos, un texto magnífico de Murakami, ... Luego comprobó con estupefacción la cantidad de comentarios que acompañaban a la última entrada y los leyó todos.

Dudó unos segundos, pero se decidió y escribió un sencillo comentario. Todavía leyó un rato más entradas anteriores y lo que decían sus muchos seguidores.
Todo le llamó la atención. Algún día su blog podría parecerse a aquél.

Pensó escribirle un correo a su marido para hablarle de su hallazgo. Al abrir el mismo encontró un comentario a su poemita. La autora del blog que había visitado le enviaba uno bien bonito y la animaba a seguir. Se emocionó tanto que dió un grito de alegría, al tiempo que el viento de poniente se echaba definitivamente.

A Graciela Barrera, con cariño y admiración.

Recientemente nos ha dejado Joan Bautista Humet. Os dejo su canción más conocida como recuerdo del tiempo que nos hizo disfrutar.


9 comentarios:

Lila dijo...

Bueno como es una dedicatoria especial, solo me atreveré a dejarte 10 besitos...

Anónimo dijo...

bonito homenaje que le haces a tu amiga Graciela,seguro que le gustara y le emocionara.
Un saludo
Pumuky

Recomenzar dijo...

Mi opinión es que sos GENIAL Con tus comentarios... con tu forma de escribir... y ser....
Abrazos muchacho desde la noche fría de un Miami con Luna Llena

Pasó un avión y pensé quizás....


Hoy no hay neblina ella sale por la mañana mientras los fríos vidros de la ventana se comienzan a llenar de Sol

Themys Brito dijo...

Cada historia sobre cómo comenzamos nuestro blog tiene una magia singular. La de esta, de encontrarse al hallar inspiración en otros, que a la vez, impulsan la creatividad, es muy linda. Ojalá que ella continúe con sus poemas.

Clarice Baricco dijo...

Ufff Mateo, estoy leyendo la historia con mucho interés de que pasará con esa esposa, sin imaginarme que a lo último del relato me encontraría con tal sorpresa.
Muchas gracias por tu detalle.
Ha sido un viento leve.
Y vuelvo a repetirte: no dejes de contarte la vida y compartirla con nosotros. No dejes de escribir.

En cuanto a la canción que has puesto, quiero decirte que hasta el día que se fue este gran artista, lo conocí a través de un blog, y precisamente estaba ésta canción. La escuché ese día muchas veces porque me fascinó. Escuchar me hizo recordar el libro "La hora de la estrella" de C. Lispector.
Así que ha sido doble emoción tu publicación.

Nuevamente gracias.

Abrazos.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Jajaja, lo he leído esta mañana. Precisamente al hacerlo entro un comentario de Graciela a mi blog y supe que tardaría muy poco en pasarse por aquí.

Así que postergué mi comentario casi de forma malévola hasta leer la emoción que le haría a nuestra común amiga mexicana.

Muy bueno, muy bueno. Mucho más que una linda dedicatoria.

Abrazos.

MaLena Ezcurra dijo...

Maravilloso relato, maravillosa canción y sobre todo maravillosa dedicatoria a un ser que quiero (es tan fácil hacerlo).


Emocionada te abrazo, adoro cuando la gente se abraza.

Editora VR dijo...

Hola, Mateo.

Un placer inmenso pasar por tu casa a visitarte y por supuesto que me ha producido mucha alegría y deleite leer esta entrada dedicada a nuestra mutua amiga Graciela Barrera.

Te dejo muchos saludos y espero que estés bien.

Rosa Silverio dijo...

Ahh, la que te dejó el mensaje anterior de Editora VR fui yo, Rosa Silverio.

Un gusto pasar por aquí.

:)