miércoles, 22 de octubre de 2008

Ahora que tengo un momento...

Pues..., eso..., que..., ahora que tengo un momento..., estaba pensando...:
¿Y si me pongo a escribir algo?

Ya hace más de tres meses que, en este espacio, intento plasmar mis inquietudes, también mis gustos. En el fondo, mi deseo es comunicarme y sentir que no estoy solo.
Sé que hay alguien más ahí fuera, que piensa y siente también, y que desea comunicarse.
Sumando deseos, se ha creado esta inconmensurable tela de araña llena de mensajes, de gritos, que también son los deseos de comunicarse de miles y miles de "blogueros" - no me gusta mucho esta palabra, me suena extraña, y me gustaría encontrar otra que nos definiera en español.

Lo cierto es que ya forma parte de mi vida este hábito de publicar entradas en el blog.

Eran los primeros días de julio cuando, con la ayuda de un amigo, se creó este espacio. El título nació meses antes." Relatos cortos en un espacio de tiempo" es como titulaba yo una pequeña recopilación de relatos cortos que mostraba a mi familia y a mis amigos.

En un principio, esa era la idea; pero, poco a poco, fui descubriendo otros blogs y se me abrió un inmenso abanico de posibilidades. Si embargo, mis conocimientos informáticos eran, y siguen siendo, muy limitados. Mi blog, como se puede comprobar es sencillo y humilde.

Si oigo una canción o recuerdo un texto, me apetece compartirlo. Así lo disfruto más. Ahora buscaré una canción que esté en vídeo. Por ejemplo:

"Burn it blue" Caetano Veloso y Lila Downs.





Acabo de leer una magnífica colección de cuentos de Haruki Murakami titulado "Sauce ciego, mujer dormida". Precisamente fue gracias a un maravilloso blog, "Las palabras son mis ojos" de Clarice Baricco, que conocí a ese autor. Clarice me recomendó su lectura y le agradezco su gesto, porque he disfrutado mucho leyéndolo.
El fragmento que transcribo más abajo lo he sentido cercano a la época que me tocó vivir en mi juventud. Cuando lo leo, me hace recordarla.

En los cuentos aparecen reflexiones del autor como esta, aunque los propios cuentos se desarrollan con una mezcla de realidad y ensoñaciones, muchas veces partiendo de un detalle sin importancia.
Una pequeña muestra podría ser este fragmento de uno de sus cuentos:

El folclore de nuestra generación:
prehistoria del estadio avanzado del capitalismo

En primer lugar hablaré de la virginidad (por cierto, los caracteres con que se escribe esta palabra me recuerdan un prado en un día soleado de primavera a primera hora de la tarde: ¿por qué será?

En la década de los sesenta, a la virginidad aún se le concedía, en comparación con hoy, una gran importancia. Me da la impresión - aunque no hice ninguna encuesta, por supuesto, de modo que sólo puedo hablar de impresiones- de que en nuestra generación, las chicas que perdieron la virginidad antes de cumplir los veinte años serían el cincuenta por ciento de la totalidad. En mi círculo, por lo menos, la proporción era más o menos ésta. Es decir, que alrededor de la mitad de las chicas, no sé si de forma consciente o no, permanecía aún virgen.

Ahora pienso que la mayoría de las chicas de nuestra generación (vendría a ser la corriente centrista, por decirlo de algún modo), fueran o no vírgenes, abrigaban muchas dudas y titubeos respecto al sexo. Dudo que, ya por entonces, creyeran aún que la virginidad era algo precioso que fuera necesario mantener a toda costa, pero tampoco se atrevían a afirmar con rotundidad que la virginidad no tuviera sentido o que fuera una tontería. Así que - hablando con franqueza- todo era cuestión de la circunstancias. Dependía de la situación, o del compañero. Lo que, creo yo, era una forma de pensar y de vivir bastante razonable.

A ambos flancos de la mayoría silenciosa se encontraban las chicas liberales y las conservadoras. Podías encontrarte desde chicas que creían que el sexo era una especie de deporte, hasta chicas que estaban convencidas de que tenían que llegar vírgenes al matrimonio. También entre los hombres había quienes afirmaban que jamás se casarían con una mujer que no fuese virgen.

En fin, que había, como en cualquier otra época, personas distintas y distintos sistemas de valores. pero lo que diferenciaba la década de los sesenta de otras épocas cercanas era que nosotros estábamos convencidos de que, si lográbamos hacer progresar los tiempos, llegaríamos a ser capaces de solventar las diferencias entre esos sistemas de valores tan distintos.

¡Paz!





Ahora quiero mostraros el amanecer que he podido captar una mañana muy reciente desde mi ventana:




¡Feliz día !


















































9 comentarios:

Lila dijo...

Volviste Mat! Te sientes solo, con todo ese verde lindo que se ve desde tu ventana?

Un abrazo fuerte...

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Eso feliz día, ya noche por el retraso en leerte. Con mucha lluvía, eso es bueno. En las bitácoras se teje sin darse cuenta una red de amigos a los que no les sueles poner cara.

Clarice es adorable. Una gran amiga del querido México. Todo lo que te recomiende a ti, también me lo apunto.

También yo me animé a escribir con los blogs en especial en La Tierra de los árboles. Todo es animarse.

Un abrazo.

MaLena Ezcurra dijo...

Maravilloso post adoro a Murakami, Caetano, Lila y obvio a la bella Clarice, una mujer exquisita con todo lo que eso conlleva.

Gigantesco amanecer, precioso.


Un fuerte abrazo querido compañero.


MaLena.

María dijo...

Gracias por tu visita y comentario en mi blog, y aquí vengo volando a leer tu nuevo post ahora que tengo un momento como dice tu título, es muy agradable leer tus escritos, cuando se plasman palabras tan sinceras y tan auténticas, y compartirlas con otras personas que dejan sus huellas.

Un beso y feliz tarde.

zel dijo...

Querido, amable Mateo, gracias por tus buenísimos comentarios. También a mi el comienzo de curso me está resultando muy duro, tengo un grupo muy heterogeneo, bueno en algunos aspectos, demoledor en otros (muchas veces me duermo antes de ser consciente de que debería hacer otras cosas...)
Tu blog, humilde como tu lo calificas, és más o menos como el de todos, los inicios ´son así, y después uno va poniendo cositas que blogger permite y facilitas, no creas que los demás sepamos más que tu, es solo más tiempo, la experiencia igual que en la prfesión, amigo, nos hace aprender haciendo! Muchos besos, sigue fuerte y animoso!

Clarice Baricco dijo...

1.-El blog es un buen recurso sabiéndolo usar, sin perder la objetividad ni el equilibrio. Mucho que decir sobre el tema, pero lo que importa es lo que te deje a tì y lo que puedas aportar.
2.-¿Qué te puedo decir de Caetano? Lo amo y no olvido cuando lo tuve enfrente de mi.
3.-Uno de los cuentos que me gustaron de Murakami fue el de "Los gatos antropófagos". No dejes de leer sus novelas.
4.- Fíjate que vino a dar un concierto gratis Lila Downs y por estar muy cansada y me apena decir que me ganó la flojera, no asistí. Lo vi a través de la tv que lo estaban pasando en ese momento. Es algo de lo que me arrepiento. Fuí una tonta por no haber ido.
5.- Una linda imagen nos regalas.

Gracias Mateo por cada una de tus cálidas palabras.

Abrazos.


PD. "Desde el jardín" lo leí cuando estudiaba el bachillerato -hace muchos años-, y hace tres semanas lo volví a leer y me volvió a gustar. Y obvio, en la segunda mirada se encuentran otras cosas.
Es una novelita corta que sugiero.

Anónimo dijo...

Hola Primo Mateo:
También yo te leo y visito tu blog casi a diario,claro,al no haber escrito estos dias pensaba...¿serán las aceitunas? o que estabas entretenido con "las anitas" ??
Caetano Veloso,también me gusta mucho,tengo mucha discografía suya,lo sigo desde Perú..y bueno,a Murakami no he tenido el gusto,pero parece interesante,cierto?Bueno, dale muchos besos a tu mujer y a tu niña.
Mariela

Recomenzar dijo...

Bello como siempre y diferentemente VOS.
Desde aqui te mando un abrazo

nyusca dijo...

Muchas gracias por tus comentarios, me anima mucho ver que a alguien le gusta lo que escribo, sobretodo cuando los comentarios en si mismos tienen también valor literario.